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DESDE EL MUELLE – TERTULIA VERANIEGA CON RTV Y ESTEFANÍA

4 de Julio de 2022: Especies invasoras:

La llegada del alga asiática Rugulopteryx okamurae a nuestras costas

Un problema fundamental, que está preocupando en la actualidad tanto a científicos como a ciudadanos, es el relacionado con las especies invasoras. Estas especies son organismos que provienen de otros lugares y que se reproducen de forma masiva en un nuevo ecosistema, gracias a las óptimas condiciones ambientales, desplazando a las especies autóctonas de la zona. En la mayoría de los casos, somos nosotros mismos los que introducimos estas especies que generan problemas ambientales tan graves.

En este apartado, vamos a centrarnos sobre todo en aquellas especies invasoras que se instalan en nuestros fondos marinos. Principalmente, la vía de entrada de estas especies se genera a través de estos tres mecanismos: en la concha de moluscos que son importados de otros países y se cultivan en nuestras costas, viajando en los cascos de los barcos o viajando dentro del agua de lastre de los barcos y en las anclas de los barcos de recreo.

En el mar Mediterráneo hay numerosas especies invasoras. Muchas de ellas son indiferentes, es decir, no representan un papel ni bueno ni malo en nuestros ecosistemas. Sin embargo, existen otras especies invasoras que sí ocasionan graves problemas en el entorno, como es el caso de Caulerpa taxifolia o Rugulopteryx okamurae. En el caso de Caulerpa taxifolia se observó cómo su crecimiento impedía que le llegara la luz del sol a las hojas de Posidonia oceanica, por lo que ésta no podía realizar la fotosíntesis y moría. Actualmente se están realizando numerosas actividades contra este fenómeno y, aunque no se ha conseguido erradicar, sí que se está intentando controlar su crecimiento en España. Sin embargo, tenemos presente otra gran amenaza por parte de Rugulopteryx okamurae, la cual está avanzando de forma inminente por nuestros fondos marinos. Su expansión se debe a su gran capacidad reproductora, a la ausencia de depredadores y a su adaptabilidad. Estas características están propiciando que esta alga prolifere de manera masiva, ocasionando irremediables pérdidas tanto ecológicas, por la gran amenaza que representan para nuestras praderas de fanerógamas, generando su declive e incluso extinción; como enormes pérdidas económicas, ya que esta alga está invadiendo los caladeros de pesca, obligando a los pescadores a dejar de utilizar sus redes debido a que las sacaban del agua completamente cubiertas por esta alga. En la actualidad, tanto la Junta de Andalucía como prestigiosos científicos están trabajando para poder paliar su rápida acción y extensión por nuestras costas mediterráneas, pero hasta que no se disponga lo antes posible del análisis de riesgos necesario para iniciar el trámite de inclusión en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, no podremos hacer nada. Sólo cabe esperar que estas medidas se tomen lo antes posible, que podamos paliar estos efectos y conservar la biodiversidad que caracteriza nuestros fondos.

  • ¿Cómo ha llegado a nuestras costas?

En noviembre de 2020, casi cinco años después de su hallazgo, el Ministerio de Transición Ecológica declaró que la Rugulopteryx okamurae es una especie invasora, sin embargo, no existe aún un plan de gestión y control. Ya se ha solicitado la inclusión de la Rugulopteryx okamurae en el listado europeo de especies invasoras. De ser así, sería la primera alga en esa relación.

Es probable que en 2015 la Rugulopteryx okamurae llevara ya un tiempo en el Mediterráneo, reproduciéndose con sigilo. La similitud con otras especies y la dificultad de detectarla hasta que aparecen los arribazones en la playa, ha generado su retraso en el diagnóstico. Esta alga invasora presenta un gran parecido con la especie autóctona Dyctyota dichotoma, distinguiéndose tan solo por la presencia de un grupo de células en el margen del talo del alga invasora.

No hay evidencias científicas, pero tampoco demasiadas dudas de que el alga llegó en barco, un indeseable polizón en uno de los cientos de cargueros atestados de mercancía asiática que atraviesan cada día el Estrecho de Gibraltar. Esos buques, con capacidad para transportar varios miles de contenedores, portan agua de lastre que les da estabilidad, especialmente durante las labores de carga y descarga. El agua de lastre es objeto de un convenio internacional, cuyo incumplimiento denuncia desde hace años Ecologistas en Acción. El problema reside en que cuando se descargan miles de litros de agua de lastre, se vierten muchos litros que pueden tener muchos propágulos o esporas procedentes de otras aguas y, por lo tanto, ecosistemas.

Hay otro indicio. Se han realizado experimentos en laboratorio que demuestran que la Rugulopteryx okamurae puede sobrevivir tres semanas en oscuridad, el tiempo aproximado que utilizan los mercantes para llegar desde el Pacífico hasta el Mediterráneo.

Una vez en el Estrecho, el invasor encontró lo que necesitaba para expandirse a placer. Un régimen térmico favorable, corrientes que facilitan la reproducción cuando la rompen y trasladan, y fondos rocosos sobre los que asentarse.

La Rugulopteryx okamurae se desplaza oculta a nuestros ojos, gracias a que presentan una densidad ligeramente superior al agua marina, y tampoco parece tener depredadores, porque los peces autóctonos la evitan, probablemente por su amargura. Por último, las especies “oportunistas”, como esta, saben aprovechar muy bien las ventanas de oportunidad: en la costa Mediterránea ayudan los abundantes nutrientes generados por la insuficiente depuración en muchas zonas de la costa y la turbidez de las aguas. El alga es capaz de vivir hasta unos 30 metros de profundidad hasta la zona intermareal.

  • Consecuencias de su colonización:

La expansión ha sido exponencial y es una amenaza para la biodiversidad, la pesca y la imagen de las playas.

La biodiversidad se está viendo amenazada ante la presencia de esta nueva especie que genera competencia con las especies autóctonas, generando el desplazamiento de muchas de ellas. De momento, las praderas de posidonia parecen resistir la invasión porque son más altas y el alga no se posa sobre ellas, pero se observa el peligro de que acaben siendo desplazadas “a empujones”, aprovechando los huecos que aparecen en estos bosques marinos protegidos.

También ha condenado a la pesca artesanal de nuestras costas, realizada con palangre o redes a menos de diez millas de la costa. Además, se ha constatado que el alga desplaza los bancos de peces y a especies como la lapa, el erizo o la ortiga de mar, ya que se está apoderando de todos los fondos rocosos.

El alga es también una amenaza a la estampa de sol y playa. El viento y el oleaje depositan las algas en la arena, saturando también los primeros metros de agua. El alga huele mal y atrae a las moscas, generando un paisaje muy desagradable para el sector turístico. Es por ello que los ayuntamientos afectados ajustan sus planes de limpieza para limpiar a primera hora de la mañana las playas, recolectando toneladas de esta alga en descomposición.

  • Posibles soluciones:

Para las zonas ya colonizadas, se propone la explotación comercial del alga, pero esto genera controversia en ámbitos científicos e institucionales. El Ministerio advierte que tendrá que garantizarse que la explotación no contribuye a expandir la invasión. Existen varios usos potenciales: los bioplásticos, la alimentación animal y la cosmética.

Para evitar que los bañistas se encuentren de frente con el invasor, se estudia la posibilidad de colocar barreras de contención. Otras opciones son aplicar succionadores o introducir especies que contengan el alga. La Junta de Andalucía anunció hace un par de semanas que hay en marcha un análisis preliminar del potencial de erizos de mar y peces herbívoros para controlar las poblaciones de Rugulopteryx okamurae. Pero esta solución encierra un alto riesgo ecológico ya que estaríamos forzando una cadena trófica y no se puede conocer las consecuencias que puede desencadenar.

En la actualidad existe el Foro Alga Invasora, que pretende ser un grupo que aúne expertos científico-técnicos, administraciones, empresarios y sociedad civil. Participan las diputaciones de Málaga y Cádiz, los ayuntamientos afectados, FENAPA, el Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul-IBYDA de la Universidad de Málaga o el Instituto Español de Oceanografía, entre otras entidades. Sin embargo, no se han integrado aún las dos administraciones encargadas de liderar la respuesta a la invasión: el Ministerio de Transición Ecológica y la Junta de Andalucía.

Sí existe un grupo de trabajo conjunto que, según el Ministerio, está ahora creando un “grupo asesor” de carácter científico.

El problema reside en que, en aquellas zonas donde ha colonizado y se está asentando esta alga invasora, ya no se puede hacer nada para paliar su crecimiento. En estas zonas debemos concienciarnos a convivir con esta nueva especie.

Actualmente, la única solución que se plantea es prevenir. Llevar a cabo medidas y técnicas de prevención para evitar así su propagación por todo el Mediterráneo.

Autora

Estefanía Espejo González
Bióloga Marina ProDunas Marbella

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Asociación ProDunas Marbella

La Asociación trabaja incesantemente en defensa y preservación de los singulares ecosistemas aún existentes en los entornos naturales con dunas en la Provincia de Málaga; impulsa la protección de su flora autóctona y pequeña fauna silvestre; fomenta la recuperación, rehabilitación y conservación de la interesante biodiversidad en las zonas dunares del municipio de Marbella.