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Septiembre 2009 empezó con un gran sobresalto para nuestra Asociación. La duna de “El Barronal de la Morena” estaba en peligro de desaparición y requería una rápida reacción. Nuestra intervención y llamada a la movilización fue secundada y apoyada por varios colectivos proteccionistas y políticos. La masiva participación ciudadana y las múltiples alegaciones ante las Administraciones han demostrado su efectivo valor.

Durante todos estos meses, muchas gestiones a más alto nivel y en varios direcciones han sido necesarias para evitar la pérdida total de este valioso eco-sistema – incluso en el Parlamento Andaluz en Sevilla ha sido defendido como Proposición no de Ley – para llegar al día de hoy con un ojo llorando y otro sonriendo. La preservación de esta joya de duna exigía mucha voluntad y perseverancia, mucha diplomacia y tacto en todos los ámbitos, y requería una gran comprensión ecológica por las partes involucradas, teniendo en cuenta que la duna en cuestión tenía todas las cartas en contra.

Finalmente y gracias a los esfuerzos demostrados por todos, se ha logrado lo imposible: Encontrar el equilibrio entre la desaparición total y la sobrevivencia parcial de una naturaleza que estaba predestinada a ser engullida bajo el yugo del ladrillo por encontrarse en suelo urbanizable. Por ello debemos felicitar a los ciudadanos y amigos de las Dunas  por el gran apoyo demostrado. Sin ellos la tarea hubiera sido más difícil. Pero también debemos felicitar a las partes yuxtapuestas como son: el Ayuntamiento de Marbella, quién ha sido el eje central de llevar la coordinación anímica y legal de los diferentes intereses; a los promotores, Demarcación de Costas y Consejería Provincial de Medio Ambiente.

Entre todos se ha conseguido, que la valiosa duna del Barronal de la Morena en la playa del Alicate (Marbella) podrá perdurar como Patrimonio natural con todos los derechos adquiridos para desarrollarse nuevamente en un tercio (aprox. 25.000m2) del terreno por urbanizar inicialmente. Se ha instaurado una simbiosis difícil – buscando una convivencia entre el ladrillo y la naturaleza – y estirando al máximo la Ley de Costas. Los logros alcanzados deben ahora ser ratificados en un reajuste del Plan Parcial dentro del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para garantizar una perfecta legalidad.

Una vez alcanzado este propósito, se podrán iniciar las diferentes actuaciones de rehabilitación. La primera medida será el acotamiento a lo ancho de la duna mediante barandilla de madera entre la futura Urbanización y la duna por proteger, para evitar cualquier transgresión motorizada que podría dañar el frágil eco-sistema. Pasarelas de madera serán colocadas para facilitar el acceso peatonal hacia la playa. Dentro de la Gestión Integral del Litoral se efectuarán erradicaciones de plantas invasoras para evitar el desplazamiento de la flora autóctona ya existente y replantaciones con flora silvestre para borrar las huellas de los daños causados por la máquinaria pesada del año pasado.

El triste episodio vivido y la rápida movilización ciudadana debe significar un toque de atención a las Administraciones para que la Costa del Sol no tenga que perder ningún metro más de espacios verdes en su litoral. Deseamos que futuras iniciativas de preservación sean incondionalmente apoyadas y preservadas por el Consistorio y demás Administraciones. El pueblo y el turismo naturalista lo agradecerá.